miércoles, 5 de septiembre de 2007

LAS MUJERES SON MAS EN LAS AULAS DEL MUNDO



SANTO DOMINGO.- De un tiempo a esta parte las mujeres han comenzado a brillar con luz clara, intensa y por primera vez propia en un mundo caracterizado por el dominio de la fuerza masculina. Con Condoleeza Rice como secretaria de Estado del Gobierno estadounidense; Michelle Bachelet en la silla presidencial chilena, y Rigoberta Menchú, Nobel de la Paz 1992, aspirando a la presidencia de Guatemala, el dominio del poder está llegando por primera vez a manos más delicadas. En República Dominicana no se ha llegado tan lejos.
La presencia política de la mujer en estamentos del Estado, luego de la vicepresidencia de Milagros Ortiz Bosch en el período 2000-2004, se reduce a un 19.7 por ciento en la Cámara de Diputados, un escaso 6.3 en el Senado, un 11.9 en las sindicaturas y un 26.9 en las regidurías. En el Poder Ejecutivo, de 18 Secretarías de Estado, sólo tres están dirigidas por mujeres.
Sin embargo, el hecho de que las mujeres representen el 61 por ciento del estudiantado universitario en el ámbito nacional (frente a apenas un 38 por ciento masculino) es un indicador favorable. Significa un intento sólido por prepararse para tratar de alcanzar la igualdad de género, prerrogativa que nunca deja de estar en boga, y no sólo en esta media isla, sino en todo el globo.
RazonesSegún Elba Franco, directora del Departamento de Educación de la Secretaría de Estado de la Mujer y directora de la carrera de Trabajo Social en el Intec, la presencia superior de las mujeres en las aulas desde la primaria hasta el nivel superior y en la preparación técnica obedece a que “estamos apostando a que podemos. La mujer por fin se está autovalorando, ha subido su autoestima”.
Según la funcionaria, hay un avance evidente frente a la discriminación que se ha manifestado en la asistencia masiva de las féminas a los distintos centros de estudio en la medida que se han dado cuenta de su potencial. “Ellas que ha estado tanto tiempo invisibilizadas han decidido estudiar y prepararse profesional o técnicamente y luchar contra una sociedad que siempre le ha interpuesto esquemas machistas”, sostiene Franco.
Pero además de la presencia masiva de niñas, adolescentes y mujeres en las instancias educativas, sorprenden los bajos niveles de deserción y los altos niveles de excelencia. Para muestra, un botón: en la tercera versión del Concurso Nacional de Matemáticas 2007 resultó ganadora la joven Miriam Leticia Santana y en la recién pasada ceremonia de Honor al Mérito Estudiantil el presidente Fernández otorgó medalla al mayor índice académico para Leidy Isabel Hernández.
Mujeres preparadas no logran igualdad laboral y salarial Razones sociales e históricas han determinado la explosión femenina en las aulas. A lo largo de la historia, la mujer se enfrentó a la prohibición de estudiar; sólo los hombres tenían derecho a leer, escribir y llegar a la universidad.
A esa represión y desestimación se sumaba su papel de ama de casa y esposa. “La mujer ha sido la que cría los hijos y no cuando quiere, sino de forma permanente para ella es un deber ineludible”, opina Elba Franco.
Estar acostumbrada a esas demandas hogareñas ha desarrollado en las féminas destrezas como saber responder en el momento adecuado, ser capaz de entregarse a lo que hace y concentrarse “cualidades que conducen al éxito”, afirma Franco, quien en su labor magisterial asegura haber tenido estudiantes de ambos sexos brillantes, pero en el desempeño, las mujeres hacen siempre las cosas en tiempo.
De su lado, Mauro Castillo entiende que aunque la mujer cumple sus roles hogareños a la perfección, “con el desarrollo sociocultural se le han abierto caminos en muchas áreas y esto la ha deshinibido”. Sin embargo, el hombre sigue sin entender que la mujer quiera superarse. Persiste el recelo jerárquico del ego masculino.
Aun así, la mujer ha demostrado que tiene la misma capacidad y que puede ser respetada y valorada como ente productivo. Gracias a las primeras que se atrevieron, las generaciones actuales se encuentran en posición ventajosa, pues han aprendido a dejar oír sus voces.
Pero más allá de querer demostrar su intelecto, la presión económica incide en el interés de una mujer por hacer una carrera u oficio. Muchas veces se ve obligada a mantener el hogar y los hijos sola. Pero incluso junto a una pareja, a veces el dinero no alcanza, “ y la mujer se lanza al mundo laboral, pero antes debe perfeccionarse en universidades y escuelas técnicas”, explica Castillo.
Oportunidad laboralAunque suene paradójico, el que la mujer tenga un renovado interés por los estudios, no se traduce en buenas posiciones laborales ni en salarios justos.
Según la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo del Banco Central de 2005, la tasa de desempleo de las mujeres fue de 28.8 por ciento, frente al 11 por ciento de los hombres. El mismo informe revela que un 43 por ciento tiene ingresos inferiores a los 4 mil pesos en relación con los hombres, de los que sólo un 27 por ciento percibe esa cantidad.
Elba Franco dice que los empleadores tienen aval social para pagar menos a las mujeres, pero no legal. Aún así, según estudios en el mismo cargo las mujeres ganan menos que los hombres. Y “en esta sociedad machista donde dinero es igual a éxito, la mujer sigue siendo menos exitosa”.
Para estar en buena posición se les exige dar más, y sin importar su capacidad, los cargos de dirección y gerencia siguen manejados mayormente por hombres.
Esto último porque se cree que la mujer sólo puede desarrollarse bien en áreas como psicología o pedagogía y no en negocios, economía, finanzas y tecnología. Es así porque las labores de educar y cuidar siempre han estado relacionadas con la mujer, pero realmente las féminas pueden ejercer cualquier labor y además combinarla con sus labor en el hogar.
Hablan los Maestros“Entre mis alumnos hombres y mujeres no hay gran diferencia.Lo que he percibido en mi experiencia es que las muchachas tienen más cuidado, dedican más tiempo a las labores, pero en la parte intelectual no difieren. Las hembras valoran más el proceso de enseñanza-aprendizaje, los varones lo toman más a la ligera. He notado que las hembras ponen mayor cuidado en los trabajos, toman notas, preparan mejor la presentación de sus trabajos, tienen mejor letra y ortografía. Pero intelectualmente son iguales.Olga EspinalProfesora Universitaria de Español, Filosofía y Arte.
“En mi área, que es el Español, las hembras se desenvuelven mejor, a ninguno le gusta leer realmente, pero las hembras leen un poco más y reflexionan mejor sobre los contenidos. También he notado que los varones tienen mejor desenvolvimiento en Matemáticas y menos capacidad en Español. En clase las hembras son más atentas y cuidadosas, a los varones hay que estarlos empujando”.María TerreroProfesora de Español de Nivel Medio de Español

No hay comentarios: